A veces, la incomodidad es necesaria para Crecer




La Vida y sus Misterios
A veces, la incomodidad es necesaria para Crecer


Hace unos días, escuché a alguien compartir una experiencia reveladora sobre el enfrentamiento con los desafíos que nos persiguen hasta que aprendemos de ellos.


Esta persona vivía con su pareja en un apartamento desde hacía algún tiempo, cuando una pareja se mudó al piso de arriba con un perro que no dejaba de ladrar. 


Después de aguantar el constante ruido, decidieron buscar otro apartamento en un lugar donde no hubiera perros en kilómetros a la redonda para encontrar tranquilidad. 


Tras visitar 18 apartamentos, finalmente encontraron uno frente a un hermoso vivero que prometía paz, tranquilidad y buenas vistas.


Sin embargo, quince días después de mudarse, notaron que el vivero estaba siendo desmontado y en su lugar se instaló una guardería de perros, con 25 de ellos ladrando constantemente. 


Ante esta nueva situación, la persona se encontró desesperada y se preguntó qué mensaje le estaba enviando la vida.


Fue entonces cuando recordó una lección fundamental: "Cuando cambias la forma en que ves las cosas, lo que ves también cambia".


Tiempo después, decidió tomar un curso de Programación Neurolingüística, y ocurrió algo sorprendente: ya no escuchaba a los perros. 


Aunque los perros seguían ahí y continuaban ladrando, dejaron de afectarlo. Lo que antes había sido un obstáculo y una fuente de estrés en su vida, ahora lo veía como una oportunidad para practicar el autocontrol, cultivar la tolerancia y expandir su perspectiva.


En resumen, los perros se convirtieron en maestros disfrazados que le enseñaron valiosas lecciones sobre el crecimiento personal.


Frente a situaciones como esta, que se nos presentan como una repetición constante en la vida, la pregunta no debería ser "¿Por qué?", sino "¿Para qué?".


A veces, la incomodidad es necesaria para nuestro crecimiento.



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