A Veces




A veces vemos como la puerta que tenemos delante está cerrada y no vemos más opciones que el desistir.


A veces sentimos el desencanto de lo que vivimos y la apatía, sin ilusiones para continuar nuestro camino.


Sentimos la impotencia de no saber qué hacer ante situaciones no queridas y que la vida nos ha puesto delante para hacerle frente.


Cuando a veces creemos que ya hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance y probado los apoyos de quienes nos rodean y vemos que nuestra vida se encuentra detenida ante una puerta imposible de abrirla por más que nos esforcemos, entonces, es cuando todavía nos queda la SALIDA prevista para nuestra alma, nuestro ser. 


En momentos que no vemos más salida que el desistir y aceptar que nosotros no podemos avanzar por la dirección que nuestros deseos nos muestran, entonces, y solo entonces nos encontramos ante el momento clave del aprendizaje y la oportunidad de tomar consciencia de quienes somos en verdad.


A veces,…..nos sentimos impotentes ante las supuestas adversidades que la vida nos da. A veces, por suerte, solo es a veces que nos vemos incapacitados ante lo que vivimos y el querer vivir según nosotros queremos. 


Cuando así está siendo y nosotros sintiendo en lo más profundo de nuestras entrañas, es cuando se despierta el cancerbero interior que contiene las llaves maestras de todas las situaciones de nuestra vida, tanto actuales como venideras.


Son los mejores momentos para la reflexión y la introspección para conectar con el verdadero ser que somos.


Nos sentimos presionados por las circunstancias de la vida... de nuestra vida. 


Nos sentimos acorralados no entendiendo porque siempre vivimos una misma situación o parecida en relación a los demás o a aspectos queridos por nosotros.


A veces no entendemos lo que nos pasa y por qué nos pasa.


A veces, en momentos de desespero buscamos a nuestro entorno un cabo donde cogernos y que nos saque de la situación vivida. Buscamos a alguien a quien podamos verterle todas las culpas de lo que nos pasa y de lo que padecemos. 


A veces,….. Nosotros no somos nosotros.

A veces no recordamos quienes somos y esto nos hace distorsionar nuestra realidad. Cuando esto sucede, dejamos de ser quienes somos y nos adaptamos e identificamos con todo lo que nos rodea.




Cuando así es, estamos atrapados en la red de la anulación de nuestro ser, cediendo nuestro poder, como seres que somos, entregándonos a la merced de nuestro entorno social, religioso, cultural, político y social. 
Entonces, el “a veces” desaparece para convertirse en “para siempre que tú quieras”.


Sí, nosotros somos los responsables y quienes accedemos a dejarnos llevar por lo qué digan, y las normas establecidas y convencionalismos de quienes nos rodean.


Amado ser, tú eres mucho más que todo esto.


Es cierto que a veces nos sentimos sin salida, pero has sido tú quien te has dirigido hacia esta situación. Tú tienes el empoderamiento de convertir tu vida en aquello que tu corazón te permite soñar.


Tú eres un ser maravilloso que has apagado tu luz por identificarte con lo que te han dicho y ordenado.
Tu Luz ha dejado de iluminar, y cuanto más te adentres en los confines de tu mente, obedeciéndola, más atrapado te sentirás.


Tú naciste puro/a. Eres un ser maravilloso lleno de Luz y Amor. ¿Dónde están en estos momentos? ¿Dónde los olvidaste? ¿En qué momento dejaste caer por el camino tu verdadero ser y seguir las directrices de tu mente? 


Amada Luz, eres un ser inmenso, completo y entero. El verdadero ser que eres contiene las semillas de tu inmenso potencial para crear la vida que todavía quieres. Te has olvidado de regarlas, y éstos, son tiempos ideales para darles un poco de humedad y calidez. 


Empieza a sentir el amor en ti, y esta puerta que permanece cerrada desde que llegaste, probablemente se abra para que tú sigas tu camino. 


Tal vez continúe cerrada, quizás te esté indicando que éste no es la senda a seguir, y que hay otras puertas que te están esperando para que las abras y puedas encontrar la felicidad tan anhelada.


No es porque sí, que te halles ante el camino bloqueado.

No es porque sí, que sientas lo que estás sintiendo. 




Ha llegado la hora de subirte al Gran Cambio que se está produciendo dentro de los corazones de todos los que habitamos este planeta Tierra. Es la hora de las 


Consciencias, y seguramente, el Amor que hay en ti te está llamando a la puerta para que le dejes entrar en tu vida y te decidas, por fin, a dar el cambio que tanto deseas, dejando atrás todo aquello que ya no te sirve para todo lo bueno que la vida te tiene preparado. 


Para esto, deberás de dejar ir parte de tu pasado, sino todo él, para dejar espacio a lo nuevo, las llaves visibles para liberarte de los bloqueos y limitaciones que te han estado frenando hasta el presente.


A veces, no siempre aparenta ser lo que vivimos. 
A veces, malinterpretamos lo bueno que la vida nos da.


A veces, dejamos de recordar quienes somos y permitimos que la ignorancia impere en nosotros.


La vida es tan simple, como para dejarnos ir según nuestro corazón, sin miedos, sin resistencias y sin los miedos adquiridos de generaciones anteriores relacionadas con nuestro parentesco de sangre.
Tú eres tú.


Tu Luz y tu Amor permitirán deshacer las durezas de lo vivido, como el calor derrite un cubito de hielo.


Pongamos calidez en nuestra vida y actuemos desde el corazón, haciendo aquello que nos haga sentir bien. Dejemos que nuestro ser recupere su fortaleza, su poder creador del mayor bienestar que nunca te hayas podido imaginar. 


Cuando nos encontramos ante la puerta cerrada, sin más que nosotros mismos, recuerda que tienes el mayor tesoro que nunca te hayas imaginado: ¡Tú mismo/a!


Cuando te encuentres sin salida, siente la calma, el amor en ti, y deja que la sabiduría que hay en tu interior te guíe para poder dar el siguiente paso hacia la dirección correcta.


Sé paciente y acepta lo que vives, porque es el primer paso hacia tu liberación. Luego, aprende y siente que tu vida es como crees que ha de ser. Confía y permite que todo sea.


A veces, el “a veces”, no es más que el principio de una nueva vida y alegría.

Nada es lo que parece.




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