Nuestros Miedos no evitan la Muerte Física





El secreto del poder y la magia que te permiten materializar cualquier intento radica en tu dedicación impecable y tu voluntad inquebrantable para asumir, sin un ápice de duda, que eres capaz de concebir y realizar tales prodigios.


Los actos que surgen de nuestra entrega y coraje nos elevan más allá de nuestras posibilidades y dan forma a nuestra vida. 


El coraje no implica la ausencia de miedo, sino más bien la conciencia de que hay algo por lo que vale la pena arriesgarse, a pesar del miedo que podamos sentir.


Elisabeth Kübler-Ross dedicó toda su vida al acompañamiento de enfermos terminales. Ella afirmaba que si se le preguntaba a una persona que está a punto de morir qué volvería a hacer si viviera, la respuesta en la práctica totalidad de los casos era esta: "Me hubiera arriesgado más".


Cuando la Dra. Kübler-Ross preguntaba por qué esa respuesta, recibía argumentos caracterizados por este tipo de reflexión: "Porque aquello que quería hacer y no hice por miedo; o aquello que quería decir y no dije por pudor o temor; o aquella expresión de afecto que reprimí por un excesivo sentido del ridículo, me parecen una nimiedad absoluta frente al hecho de morirme. 


La muerte es algo que no decido yo, la vida me empuja a ello y ahora, frente a ella, me doy cuenta de que todas esas circunstancias que me parecían un reto terrible son una nimiedad comparada con el hecho de que me muero y no hay vuelta atrás".


Esta respuesta está cargada de sentido común si consideramos que la vida es una gran oportunidad para arriesgarnos, aprender, crecer, compartir y amar.


Alex Rovira comparte esta reflexión: "Quizás las cosas que nos parecen difíciles no lo son tanto si nos arriesgamos y si pensamos en que gracias al coraje que nace del amor podremos superar muchos retos y dificultades. 


¿Y si no lo logramos? Pues por lo menos habremos aprendido algo en el proceso y quizás se abran otras puertas inesperadas en nuestro camino de vida".


Como en cierta ocasión le dijo una mujer curtida por la vida a base de dificultades: "Mira, Álex, en realidad el refrán ese que todos conocemos 'Algunas veces se gana, y otras se pierde' no es cierto. ¿No?". 


"No", respondió convencida. "El refrán debería decir 'Algunas veces se gana, y otras se aprende'. Eso sí, una o uno tiene que tener las ganas de extraer una lección para no volver a pasar por el mismo sufrimiento, si está en nuestras manos".


"Algunas veces se gana, otras, se aprende". Para reflexionar sobre ello y aprender el arte de navegar por la vida.



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