Vivir en Ayni, así como uno entrega uno recibe



En los Andes y valles de tradición quechua, la salud y el bienestar de una persona o pueblo está íntimamente ligado a su sentir, pensar, y actuar en relación a los demás y a la Tierra.


Cuando una persona es bondadosa en su corazón, en su mente, y en su trabajo, esa persona está en AYNI con el mundo, y la vida lo reconoce dándole vigor y prosperidad.


Ayni significa reciprocidad: así como uno entrega uno recibe. Pero ojo que aquí existe una sutileza muy poderosa porque un corazón no es puro cuando entrega pensando en lo que va a recibir de vuelta. Es en la ayuda y devoción desinteresada e incondicional que uno acumula salud y solvencia espiritual .



En nuestra cultura materialista e individualista operamos de manera contraria al Ayni; siempre se trata de “mi” y de lo que yo voy a recibir. Cuando entrego estoy contabilizando cuidadosamente cuánto estoy dando para luego cobrarlo.


No se trata de convertirse en un mártir que da de su propia sangre y por lo mismo se siente más santo. Simplemente uno ayuda cuando sabe que tiene que ayudar y confía en que cuando uno este en necesidad la vida le va a retribuir.


La imagen de un río que fluye nos ayuda a entender esto. Uno deja que su ayuda fluya hacia delante sin esperar ser nutrido por quienes uno ha ayudado sino que la ayuda vendrá desde dónde tenga que fluir al momento de necesitarla. Es así que uno cultiva la entrega incondicional y la confianza en la vida.


En los pueblos quechua también se práctica el AYNI haciendo ofrendas a la Pachamama o madre Tierra, al Inti o padre Sol, y a las demás fuerzas de la naturaleza que nos proveen la vida. 


Se les agradece por este cuerpo y todo lo que lo sustenta para que nuestra alma pueda tener esta experiencia de vida.


Practiquemos el Ayni, la bondad sin miedo ni recelo, y también dejemos que la abundancia fluya hacia nosotros. 


A medida que sanamos nuestro egoísmo, desde lo más profundo nace un sentimiento de prosperidad que más luego que tarde el Universo nos refleja con creces.


Aho!


Marcela Lobos
Escuela Chamánica "Los Cuatro Caminos"

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