Vocación y Propósito de Vida




Todos anhelamos conocer nuestra vocación y nuestro propósito en la vida, pero pocos se aventuran a explorarse a sí mismos con la determinación necesaria para descubrir sus dones y talentos innatos.


Recientemente, durante una conversación con un amigo, surgieron sus frustraciones y ansiedades al no poder encontrar su vocación y talento innato, a pesar de haber pasado por la universidad. 


Esta lucha interna lo llevó a cuestionar su felicidad y plenitud en las ocupaciones que había probado.


Al reflexionar sobre su situación, me di cuenta de cómo nuestra sociedad nos adoctrina para buscar una seguridad ilusoria, alejándonos de nosotros mismos y de nuestros dones naturales. 


A menudo buscamos validación externa en lugar de explorarnos internamente, ya sea de manera meditativa o simplemente a través de la autoobservación en la vida cotidiana.


Parece que llevamos anteojeras que limitan nuestra visión panorámica de la existencia y todas las posibilidades que yacen dentro de nosotros. 


A veces, sentimos impulsos y pasiones que postergamos con excusas diversas, auto-saboteándonos de manera inconsciente.


Sin embargo, si aprendiéramos a poner atención en la atención misma, podríamos superar este auto-boicot. 


Al hacerlo, descubriríamos que no son las circunstancias externas las que nos limitan, sino nuestros propios diálogos internos, dominados por el miedo al fracaso o la creencia en nuestra falta de valía.


La verdadera valentía no radica en la ausencia de miedo, sino en priorizar nuestro amor por lo que deseamos lograr sobre nuestros temores y dudas.


Para conectar con nuestra inspiración, podemos explorar nuestros recuerdos. 


Simplemente se trata de Meditar en Silencio y viajar en el tiempo, de instante en instante ir mas allá de nuestra entrada al mundo de los adultos, ir mas allá de nuestra adolescencia. 


Y en ese viaje, conectar con aquellos momentos ya vividos en los que nos sentíamos felices, plenos, dichosos, al estar desarrollando una labor, o llevando a acabo un acto determinado. 


Momentos en el que el tiempo pareciera escaparse por lo a gusto que nos sentimos.


Un ejemplo real de esto es un hombre que conocí años atrás, cuya pasión por cuidar parques y jardines irradiaba felicidad y gratitud por su labor.


Siempre irradiaba felicidad, y su amor por su trabajo era evidente para todos. Siempre tenía una palabra amable para quienes pasaban por allí, y muchos disfrutaban conversar con él.


En una de nuestras conversaciones, compartió conmigo su profunda pasión por su labor diaria:


"Cada mañana, cuando suena el despertador, siento un inmenso entusiasmo por comenzar mi día de trabajo. No me cuesta ningún esfuerzo levantarme".


Intrigada, le pregunté sobre su labor, a lo que respondió con emoción:

"Mi trabajo consiste en dar los buenos días a los pájaros, a los árboles y a las flores. Cuido su entorno, manteniéndolo limpio y ordenado para mantener la armonía. 


Disfruto viendo a los niños jugar, a los perros correr y saltar, a los ancianos pasear y a los jóvenes hacer deporte.


Además, me encanta entablar conversación con quienes pasan por aquí y, si puedo ayudarlos en algo, lo hago con gusto. Ha veces lo único que necesitan es ser atendidas y escuchadas.


Esto es vida para mí. No cambiaría mi labor por nada en el mundo. Nací para esto. Es mi misión, mi pasión.
Es algo que brota desde lo más profundo de mi ser, que fluye sin esfuerzo alguno. 


Agradezco a la vida por permitirme sentirme plenamente vivo, realizando una labor que emana de mí de forma natural, en lugar de estar simplemente existiendo en una tarea que no resuena con mi esencia.


Como toda labor, ser cuidador de Parques y Jardines, también tiene su lado amable y su lado menos amable, pero cuando en verdad te dedicas a lo que Amas, y lo que realizas es la expresión de ti mismo, nada se pone por delante, encontrando siempre la mejor solución a los retos que se van presentando.


Descubrir nuestra vocación real no requiere buscar algo sofisticado, sino conectar con lo simple y natural que emana de nuestro ser. 


Si nos aventuramos a explorar nuestros propios recuerdos y deseos desde la infancia, podríamos encontrar el tesoro que hemos estado buscando.


Finalmente, debemos recordar que el conocimiento sin acción es inútil. Es crucial actuar con entusiasmo y valentía para desarrollar nuestros talentos y contribuir al mundo de la mejor manera posible. 


Somos el propósito mismo de nuestra vida, y es nuestro deber y privilegio abrazar esa verdad y manifestarla en cada acción que emprendamos.



Montse V.

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